jueves, 4 de febrero de 2016

¿Por qué?

Tanto tiempo sin usar el boli, tanto tiempo sin escuchar las teclas, tanto tiempo sin tener nada que decir. Qué pena da eso! Y de repente te sale todo así, como una tormenta abrumadora de sentimientos abstractos, como si éstos llevaran tiempo llamando a la puerta para poder salir.

Aquí sólo hay una cosa cierta, y cuando las verdades son de las buenas , caen así sin más, como el plomo mas pesado,de un momento a otro y cuando menos te lo esperas. Yo estaba perdida, y llegaste tú. Así sin más, como un torbellino imparable, huracán dónde los haya, pero diferente a cualquier otro fenómeno meteorológico que hubiese visto jamás. Creo que los dos nos encontrábamos tan perdidos en ese momento, que se dio la situación y momento adecuado: nos encontramos.

Cierto es, no me malinterpretes, que no pensé al principio que me fueras a sacudir tan fuerte, que va. Puede que interviniera mi yo interno, evitando que me enamorara de nuevo, evitando que lo que quedó de mí la última vez, que ya se había recompuesto casi del todo, pudiera romperse de nuevo. Y fíjate tú como son las cosas, que me recompusiste entera, me soldaste los pedazos.

Y por eso, por mil detalles, te tengo que dar las gracias, porque noto tu amor, y no hay nada mas bonito en el mundo que sentir que te aman; porque me miras diferente, porque yo te miro diferente, porque no puedo evitar las ganas de matarte, y siempre es a besos.
Porque me quedaría mirándote mientras duermes, porque te esperaría si te marchases, y te echaría de menos si no estuvieras.
Porque has hecho que te necesite, y que me encante necesitarte, y más aún que me necesites tú. Siempre en el buen sentido.
Ah y ¿por qué no? Porque me encantan tus cosquillas, y lo bien que te lo pasas mientras yo me desespero. Y podría seguir, imparable como ahora, con un sin fin más de porqués, todos con sus respuestas.




Puede que todos tengan la misma respuesta, y que falte el más importante, porque te quiero.





martes, 1 de julio de 2014

RMEJIDE

Tanto tiempo sin llamarte “mi vida”. Tanto tiempo sin escribirte a la cara. Esta vez sólo tú sabes que me dirijo a ti. Te escribo a toro pasado, después de la batalla, cuando dicen que todos somos generales.
Pero te juro que a sido necesaria la distancia de un adiós y el tiempo de varios silencios para atreverme a esto. Te preguntarás por qué lo hago aquí y de esta manera. Que qué hace toda esta gente mirándonos. Que por qué nos tienen que estar escuchando. Tranquila. No les voy a contar nada que tú no quisieras que oyesen. Sólo están a modo de testigos, no de jueces, y ni van a hablar ni a decirnos nada.
El hecho, la verdad, es que te he estado echando tanto de menos que a veces me lloro encima. Te he buscado, no ya en otros brazos, sino en otras miradas, en otras caricias que no me hicieron olvidar las nuestras. El olvido se me fue de las manos y hasta la fecha aún me ha sido imposible decirle cómo, cuando y donde dejarte atrás. Imagínate cómo lo he pasado que he llegado a envidiar a los que aún no te conocen, porque ellos pueden soñarte a placer sin la angustia de saber que realmente existes.
A estas alturas ya todo es tarde. A medida que le daba puerta a tu ausencia, he ido hechando paladas de otras tierras sobre esta añoranza tuya.
No me mal interpretes, no es ingratitud es supervivencia. Tu, por tu parte, fijo que has abierto ya la jaula de tus ex, que deseaban desde hace tanto tiempo este momento. Salúdales, no te olvides de darles de comer de tanto en tanto y sobre todo pídeles perdón de mi parte por haberles hecho esperar.
Acabadas presentaciones e impresentables, quiero decirte que nada de esto ha sido en vano. Siempre he creído que el arrepentimiento era el analgésico de los moralistas y el anestésico de los cobardes. Y, hoy por hoy, sigo valientemente orgulloso de haberlo intentado, de haberlo perdido todo y de haber sentido lo que tú me has hecho sentir.
Una relación puede ser el mejor espejo, a veces cóncavo, a veces convexo, jamás plano, que enfoque y descubra partes de ti que jamás habías visto desde esa perspectiva. <>. Nos hemos dolido hasta decir basta, nos hemos herido aún convalecientes, y nos hemos curado hasta resucitarnos casi del todo. Quien no haya fracasado como nosotros, no tiene ni puta idea de hasta donde se puede creer, querer y caer.
Que se aparten los Romeos y Julietas, que miren y aprendan los amantes, amandos y amados de cualquier época, raza y condición, que tú y yo hemos tocado todos los cielos del primero al séptimo, que tú y yo hemos mordido el polvo de todos los infiernos, que tú y yo nos hemos devuelto a la vida, a la muerte, y a todo lo que pueda haber entre medio.
<<¿Sabes cuando estás en una relación en la que todo va bien, no hay discusiones, parece que marcha como la seda, y sin embargo sabes perfectamente que ésa no es la presona? pues a mí, contigo, me pasa todo lo contrario...>>. Y te quedaste tan ancha.
Pero gracias a ti he descubierto muchas cosas. Que lo bueno de la ruptura es todo lo que pone en evidencia. Para empezar, lo más obvio, que seguro podríamos haberlo hecho mejor. Dejarse es sólo el principio del principio. Del psicoanálisis, de la psicopatía, de las psicrobacias. Segundo, se pone en evidencia el entorno de la relación. Como ocurre en la vida, lo suburbios de un amor es donde suelen vivir las cosas más auténticas e indeseables del acto de quererse. Amigos, familia, conocidos, todos de pronto se sienten en la obligación moral de tomar partido, cuando nadie se lo ha pedido, y sobre todo, de tratar de entender las cosas que ni siquiera uno acierta a explicarse.
Ahora, con el deseo roto y al intuición dañada, uno intenta recobrar algún resquicio de credibilidad, primero ante uno mismo, luego ante los demás. Parece que, como te equivocaste, todas las promesas que quedan suspendidas en el calendario ejercen de cachitos de mentira contra la ingenuidad de cualquiernueva emoción. te fallaste, y fallaste a todos los demás, así como a cualquier compromiso que puedas adoptar en un futuro inmediato, simplemente por el hecho de que éste no te funcionó como esperabas.
Además, cada vez que fracases en una relación, no te preocupes, que vendrá algún capullo recordándote lo mucho que estabas dispuesto a invertir en esa relación. Es como si ése se alegrara de todo lo que ahora parece hecho añicos. Poca gente te viene a decir que hiciste bien en fiar, fiarte, confiar y confiarte. A poca gente le importa que aquello deba tener algún valor para ti, y que así no todo sea tiempo malgastado.
Por último, se puso en evidencia mi máxima favorita: que crecer es aprender a despedirse. Un proceso de aprendizaje en el que vamos ganando maestría, pues parece que cada vez nos despedimos mejor de las cosas, situaciones, y personas.
Supongo que no te importará que te lo diga ahora, pero has sido el referente, un nuevo paradigma, la nueva tabla de medidas en un universo pequeño y poco dado a las sorpresas hasta que tú llegaste. Creo que jamás estaré seguro de haberlo dejado contigo. Y eso es precisamente lo que te hace grande, lo que nos hizo grandes a los dos.
Ya solo nos queda la distancia de sabernos desde lejos. Algún dia, como suele pasar por los barrios de esta edad, nos volveremos a encontrar, tu con alguien, yo con otra, y deberemos luchas contra esa naturaleza que nos amarró desde el principio, sorteándola con una sonrisa y alguna broma que sólo tú y yo entenderemos.
Si crecer es aprender a despedirse, tu me has enseñado a no querer despedirme, por mucho que no lo hayamos conseguido. Igual porque no supimos ver que si separas un adiós como nos hemos separado tú y yo, de cuajo y recién empezado, lo que te queda es la esperanza idiota con forma de petición tan absurda como a quién va dirigida, ese alguien en el que necesitas creer con todas tus fuerzas, ese alguien al que suplicas, por una vez y sin que sirva de precedente, que te haga caso, un deseo sincero dirigido a nada más y nada menos que a él.
A dios.
Risto Mejide

LO QUE DUELE NO ES EL DOLOR. RMEJIDE

Lo que duele no es el dolor. El dolor es sólo una consecuencia. El efecto secundario de algo que nos hizo sufrir y que todavía hoy sigue haciéndolo. Me gustaría que esto que tanto duele fuese lo que me aplasta el pecho y me araña las vísceras y el corazón. Esto que se puede paliar poco a poco, con consejos, amigos, medicamentos, horas, sobremesas y tazas de té. Pero algo me dice que no. Que lo que duele no es el dolor.
Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es la ausencia. El hueco que deja alguien que ya no está. Echar de menos con contrato indefinido. Y saber que quería llevársela y se la ha llevado, que ya está, que le han ganado la vida esas malditas seis letras que no pienso volver a juntar en mi boca nunca más.
Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es conocer un vivo menos. Borrar su número del móvil. Tener que frenarme cuando la iba a llamar y recordarme a mí mismo que ya no puedo, que un día pude, que lo hice menos de lo que debía y que ya nadie podrá.
Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es recoger los pedazos de quien se queda. No saber consolar a quien más quieres en este mundo. Tratar de estirarle los labios. Con una broma, un chascarrillo, una tontería. Fracasar.
Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es la distancia. Este saberse lejos de ti, este llevarte conmigo, ese llevarme contigo y aún así, ser incapaces de llevarnos más. Haber caído con nuestro mayor triunfo. Haber sucumbido ante nuestro mayor logro. Lo mejor que habremos hecho en nuestra vida. Algún díél nos lo explicará.
Lo que duele no es el dolor. Lo que duele es no saber volverlo a intentar. Matar el nervio y dejar que se desangre la encía. Hablarlo tantas veces y acabarlas todas en ese silencio de punto final. Darnos por imposible. Constatar nuestra propia incompetencia. Seguir doliéndonos. Seguir mal.
Lo que duele no es el dolor. Es todo lo que dejamos atrás. El remolque desbocado de los recuerdos que nos perseguía al mismo ritmo y velocidad. Ahora sólo sabemos que le ha fallado el enganche, los frenos y no tenemos ni idea de en qué momento nos va a atropellar. Ni con qué.
Lo que duele no es ni siquiera llorar. Lo que duele es tener tantas razones para tener que hacerlo. Es esta maldita sequía de lágrimas. Es el miedo a quedarse solo y en pareja. Y esta cochina culpabilidad.
Lo que duele no es que la gente opine. Es que lo haga como quien habla del tiempo, alegremente y buscando de todo, menos ayudar. Que nos den consejos que no hemos pedido. Que inventen razones. Qué sabrán ellos. Qué sabrán.
Lo que duele no es el dolor.
Porque el dolor es esto que me viene aquí y ahora.
Lo que más duele es todo lo que vendrá.”

lunes, 14 de abril de 2014

ERROR DE CÁLCULO EN LA MIRADA

El error es mirar lo de ayer con ojos de hoy, 
querer que las cosas vuelvan a ser igual 
cuando tú ya no eres el mismo, 
como si se pudieran reciclar los suspiros 
o dar un mismo beso por segunda vez. 
Los mudos no gritan, los sordos no ven la música, 
con las cinco letras que se escribe tarde 
no puedes escribir ahora, 
el amor que fue, ese ya NUNCA  vuelve.

miércoles, 18 de diciembre de 2013

IN- EVITABLE

Lo in-evitable no se puede evitar. Doble negación. Menos y menos es más.
Lo inevitable es el fin de una lucha que dejo que termine, que abandono asumiendo que no lo puedo parar.
Lo inevitable tiene por sí sólo su razón de ser.
Lo inevitable es grande, lo inevitable es fuerte, es invencible. Es lo opuesto a evitable, no lo puedo sortear, es como un obstáculo a mitad del camino, un parón en mi vida y hasta q no pase no puedo proseguir mi camino.

Lo inevitable es una fuerza locomotriz poderosa y eléctrica y su poder me abruma ya que no puedo pararlo. No está en mis manos, se me escurre como agua entre mis manos apoderándose de todos mis sentidos y nublándome la mente.

Lo inevitable a veces es tan breve cómo fugaz, lo inevitable se puede resumir en dos palabras, lo inevitable eres tú. Lo inevitable es a veces plural, lo inevitable son tus manos sobre mi cuerpo, son tus besos sobre mis labios, son tus ojos sobre los míos.

Lo inevitable a veces es quererte, lo que me hace desear, sólo a veces, que lo inevitable no lo fuera tanto y se pudiera así de alguna forma evitar.

sábado, 9 de noviembre de 2013

RISTO, AGAIN.
MAPA GEOPOLÍTICO DEL REINO UNIDO

Cinco años juntos. Cinco años en prácticas bilaterales como cartógrafos novatos. Cinco años dibujando al tuntún esta topografía emocional que hoy nos orienta, nos guía y de vez en cuando hasta nos hace perder el sentido. Y es que hoy hace cinco años menos un día que decidimos borrar todas las fronteras físicas y mentales entre tú y yo, para poder imaginar juntos reinos imposibles e inseparables que este sapo y su princesa pudiesen y quisieran compartir.
Y lo primero que compartimos fue un norte. Un lugar tan frío, tan árido y tan distante que jamás querríamos llegar a habitar, pero que tiene que existir siempre, al menos para que apunten sobre él todas las brújulas. En este norte, como en todos los nortes del mundo, a veces se nos perdieron palabras, la mayoría de veces sin querer. Palabras que se nos fueron demasiado lejos, que llegaron donde jamás debieron llegar, tan lejos que merecieron morir de hipotermia, congeladas en la tundra de los silencios dichos y las expresiones calladas.
Por eso al norte de nuestras cosas abundan siempre las montañas, los riscos y los acantilados. Porque al territorio le pasa como a cualquier biografía: si no tiene altibajos y cambios de altitud, no vale la pena gastar ni una gota de tinta en ella. Y no me preguntes cómo ni por qué, pero poco a poco vamos aprendiendo a no acometer ninguna escalada sin una buena preparación física, un equipo en condiciones y un par de bombonas de oxígeno. Aunque ahí sigue siempre el riesgo, el peligro de precipitarse demasiado y caer al vacío.
Afortunadamente, también compartimos un sur. Un sur confortable, llano, sencillo, hospitalario, el sur de la complicidad, el sur del roce y las reconciliaciones. Un sur que trazamos sin demasiado esfuerzo, que es como se trazan las cosas de verdad. Nos salió así, de natural y casi sin pretenderlo, como surge el buen sexo. Por eso allí guardamos las anécdotas y las risas, las salidas espontáneas y las cosas que jamás preparamos, pero que acabaron convirtiéndose en recuerdos que todavía hoy tienen la capacidad de sincronizar nuestras sonrisas.
A un lado, como todas las parejas que inventan futuros en común, mantenemos siempre nuestro este. El este es el lugar donde siguen naciendo todas las cosas. La luz, todo lo que vino, lo que viene y lo que vendrá. Nuestros proyectos, nuestras metas. Y por supuesto, ese pedazo de vida que nos aprende mucho y nos enseña mucho más, lo más brillante que habremos hecho nunca. Innovación oriental -de dónde si no- que nace cargada de esperanza y se dirige siempre hacia el poniente de nuestra inseguridad, pues detrás de toda luz siempre viene, bien pegadita, su sombra.
Y es que por último, aunque no nos guste admitirlo, también compartimos un oeste. El salvaje oeste, sí. El que oculta lo desconocido, lo inesperado, refugio de miedos, forajidos y buscavidas. Ese no saber si mañana seguiremos juntos. Esos celos tan difíciles de admitir. Ese llevar así desde el primer día. Y ese desear que continúe de este modo durante mil años más.
Como ves, en este mapa de nuestro reino unido es ilegal y de muy mal gusto inscribir expresiones típicas y gastadas. No porque no las sintamos ni porque no las creamos, sino porque como son demasiado fáciles de pronunciar, parece que las pueda sentir cualquiera y de segunda mano. Ambos las habremos utilizado antes con otras personas, y aunque entonces todavía no lo supiéramos, desde ese mismo momento dejaron de ser lengua oficial aceptada.
Poco más que añadir. En el país de nuestras maravillas no existe más capital que el sofá, el producto interior bruto es lo mucho que nos echamos de menos, y hay fiesta nacional cada vez que me miras como si no existiese ningún otro nombre ni en el santoral.
Hoy somos ciudadanos el uno del otro. Ocupamos el breve espacio en el que el otro no está. Si alguna vez nos alejamos, ya no es por el hecho de tener que viajar. Y si alguna vez nos notamos más cerca, es seguramente porque hemos pasado por este trozo del mapamundi y aquí es mucho más fácil escuchar.
Por todo ello, te pido, te solicito, te ruego y te suplico formal y públicamente que jamás me extradites, que me des asilo político y que me dejes adoptar esta nacionalidad.
Sé que será difícil, no te voy a prometer nada que no pueda incumplir, pero ahora que hemos encontrado nuestro lugar en el mundo, si tú lo quieres y sólo mientras tú lo quieras, pienso seguir recorriéndote no ya cada cinco años.
Sino todos los días.”
RISTO MEJIDE. CUANDO SEPAS DE MÍ.

“Cuando sepas de mí, tú disimula. No les cuentes que me conociste, ni que estuvimos juntos, no les expliques lo que yo fui para ti, ni lo que habríamos sido de no ser por los dos. Primero, porque jamás te creerían. Pensarán que exageras, que se te fue la mano con la medicación, que nada ni nadie pudo haber sido tan verdad ni tan cierto. Te tomarán por loca, se reirán de tu pena y te empujarán a seguir, que es la forma que tienen los demás de hacernos olvidar.
Cuando sepas de mí, tú calla y sonríe, jamás preguntes qué tal. Si me fue mal, ya se ocuparán de que te llegue. Y con todo lujo de detalles. Ya verás. Poco a poco, irán naufragando restos de mi historia contra la orilla de tu nueva vida, pedazos de recuerdos varados en la única playa del mundo sobre la que ya nunca más saldrá el sol. Y si me fue bien, tampoco tardarás mucho en enterarte, no te preocupes. Intentarán ensombrecer tu alegría echando mis supuestos éxitos como alcohol para tus heridas, y no dudarán en arrojártelo a quemarropa. Pero de nuevo te vendrá todo como a destiempo, inconexo y mal.
Qué sabrán ellos de tu alegría. Yo, que la he tenido entre mis manos y que la pude tutear como quien tutea a la felicidad, quizás. Pero ellos… nah.
A lo que iba.
Nadie puede imaginar lo que sentirás cuando sepas de mí. Nadie puede ni debe, hazme caso. Sentirás el dolor de esa ecuación que creímos resuelta, por ser incapaz de despejarla hasta el final. Sentirás el incordio de esa pregunta que jamás supo cerrar su signo de interrogación. Sentirás un qué hubiera pasado si. Y sobre todo, sentirás que algo entre nosotros continuó creciendo incluso cuando nos separamos. Un algo tan grande como el vacío que dejamos al volver a ser dos. Un algo tan pequeño como el espacio que un sí le acaba siempre cediendo a un no.
Pero tú aguanta. Resiste. Hazte el favor. Háznoslo a los dos. Que no se te note. Que nadie descubra esos ojos tuyos subrayados con agua y sal.
Eso sí, cuando sepas de mí, intenta no dar portazo a mis recuerdos. Piensa que llevarán días, meses o puede que incluso años vagando y mendigando por ahí, abrazándose a cualquier excusa para poder pronunciarse, a la espera de que alguien los acogiese, los escuchase y les diese calor. Son aquellos recuerdos que fabricamos juntos, con las mismas manos con las que construimos un futuro que jamás fue, son esas anécdotas estúpidas que sólo nos hacen gracia a ti y a mí, escritas en un idioma que ya nadie practica, otra lengua muerta a manos de un paladar exquisito.
Dales cobijo. Préstales algo, cualquier cosa, aunque sólo sea tu atención.
Porque si algún día sabes de mí, eso significará muchas cosas. La primera, que por mucho que lo intenté, no me pude ir tan lejos de ti como yo quería. La segunda, que por mucho que lo deseaste, tú tampoco pudiste quedarte tan cerca de donde alguna vez fuimos feliz. Sí, feliz. La tercera, que tu mundo y el mío siguen con pronóstico estable dentro de la gravedad. Y la cuarta, -por hacer la lista finita-, que cualquier resta es en realidad una suma disfrazada de cero, una vuelta a cualquier sitio menos al lugar del que se partió.
Nada de todo esto debería turbar ni alterar tu existencia el día que sepas de mí. Nada de todo esto debería dejarte mal. Piensa que tú y yo pudimos con todo. Piensa que todo se pudo y todo se tuvo, hasta el final.
A partir de ahora, tú tranquila, que yo estaré bien. Me conformo con que algún día sepas de mí, me conformo con que alguien vuelva a morderte de alegría, me basta con saber que algún día mi nombre volverá a rozar tus oídos y a entornar tus labios. Esos que ahora abres ante cualquiera que cuente cosas sobre mí.
Por eso, cuando sepas de mí, no seas tonta y disimula.
Haz ver que me olvidas.
Y me acabarás olvidando.

sábado, 12 de octubre de 2013

No puedes escribir AHORA con las mismo cinco letras con las que escribes TARDE.

viernes, 23 de agosto de 2013

Dime que me quieres.

Dímelo.

Se trata de un tipo de pensamiento, de una filosofía de vida, no diferente, pero atípica, poco casual, rara, quizás. Simboliza la sinceridad en su estado puro, deja atrás las vergüenzas, los no me atrevo, los puede que después, los miedos, la pereza a sentirte vulnerable y demás. Es más sencillo que cualquier otra cosa, más gratificante, enriquecedor, positivo y cualquier otro adjetivo superlativo que pueda imaginar. Además, algo esencial en estos tiempos, no cuesta dinero, es absolutamente gratis, e incluso, con cierta seguridad, obtengas reintegro.

Háblalo, no te calles, no selles tus labios, esos mismos que han sido creados para hablar. No le debes más sinceridad a nadie más que a ti mismo, es contigo con quien tienes y debes ser justo, hazlo por ti, no por nadie. Por eso, sólo por eso, habla. A tu familia, a tus personas, por que cada uno tenemos nuestras personas, a tu pareja, a tus hijos, a tus amigos esos que parecen hermanos, díselo, y a mí,
Dime que quieres, que yo espero habértelo dicho ya.


Esta filosofía, ésta forma de vivir, sólo es llevada a cabo por personas capaces de amar, de irradiar amor a raudales, de saber inspirarlo, contagiarlo y esparcirlo a su alrededor como flores en flor el primer día de primavera.  Yo he tenido el gusto de conocer y querer a una de ellas, y ¿sabéis qué?
Vale la pena.


jueves, 9 de mayo de 2013

Esta noche

Esta noche vamos a dejar los argumentos, la literatura, las palabras con mucha fuerza. Vamos a abandonar el pasado y el futuro en el bidón del reciclaje.Vamos a tratarnos como si fuéramos personas.

Saldremos a cenar, con cuatro copas de vino yo voy bien. Nos reiremos de los momentos en los que hicimos el mayor ridículo de nuestra vida, pero sin romanticismo. Después podemos pasear, pero sin tocarnos, hasta llegar a aquella tasca que tanto te gusta para proseguir con las conversaciones sobre lo que queremos hacer o no con nuestras vidas. Entonces, puede ser que suene una canción que me encanta y corte la charla de golpe, y te reirás porque canto muy mal. Y me dará igual, porque será una noche de personas.
Probablemente nos iremos a bailar y yo, que no soy muy amiga de que me miren, haré caso omiso de mi timidez remodelada y bailaré contigo. Cuando esté despeinada y tú medio borracho, me acompañarás a casa mientras yo tiemblo como un flan por no sentirme del todo cómoda con la idea. Me dirás que este vestido me sienta muy bien, yo pensaré que me muero de ganas por que me lo quites. Y entonces...

No sé qué pasará. Nunca nos hemos tratado como personas.
Ella simplemente no quería pasarse el resto de su vida echándole de menos.
Pero lo hizo, hasta que él la echó de menos a ella.

lunes, 4 de marzo de 2013

Eso que brilla.

Afortunada, pienso a veces, sin embargo creía querer todo lo que tengo, pero no tengo todo lo que quiero. Lo que me rasga el alma, lo que me hace vibrar, con lo que me siento viva. Eso aún sigue ausente, pero no brilla por su ausencia. Brilla en algún lugar, porque no se encuentra tan lejos, brilla porque intenta enseńarme el camino que tanto me cuesta torcer, pero al fin y al cabo brilla, luce, y toda luz es símbolo de esperanza, a la cual yo me aferro. Y para encauzar un poco mi abstracto y breve relato:

"Hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar, por mucho que te cueste pagar las facturas. Por muy mal que te miren en las reuniones de antiguos alumnos. Es mejor dedicarse toda la vida a algo que ames aunque no llegues a fin de mes, que trabajar un solo día únicamente por dinero."

martes, 5 de febrero de 2013

MALDITO RISTO MEJIDE

" Paula se sentó en su mitad del sofá y contempló lo vacía que había quedado la otra mitad de su existencia.
Y se volvió a preguntar por qué nos empeñamos en llenarla siempre con otra persona.
Por qué llevaba años empalmando una pareja con la siguiente. Por qué, de todas las cosas difíciles e importantes que había aprendido a lo largo de estos años, nunca figuraba en la lista la asignatura pendiente de estar sola.
Otra vez a desilusionarse. Otra vez a perder las ganas. Otra vez a olvidarse de los hombres, a reírse de ellos con esa risa que bien podría confundirse con llanto. Otra vez a recuperar la ilusión. Otra vez a creer que será diferente. Otra vez a emocionarse con algo distinto. Y otra vez a vivir una mentira. Otra vez a descubrirla. Otra vez a desengañarse. Otra vez a quitarse media vida. Otra vez a quedarse sola en su medio sofá.

Cómo si de una venganza de cínicos se tratase, Paula había comprobado que su corazón era siempre divisible por la mitad. Y luego por la mitad de la mitad. Y así infinitamente. Pero de lo que nadie le había advertido es de que cada vez que lo dividimos, los sentimientos que puede albergar nuestro corazón son más pequeños.
Y eso era justamente lo que le estaba pasando a Paula. Que siempre que se enamoraba quería con todo el corazón, sí, pero con todo el corazón que le quedaba. Esa era la parte que nunca nadie le preguntó. Me quieres, sí, pero con cuánto."

lunes, 10 de diciembre de 2012

Let go







He estado intentando convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que te puede suceder. Abandonar o que te abandonen.
Puede resultar doloroso, pero si uno no dejase nunca nada ni a nadie, no tendría espacio para lo nuevo.
Sin duda evolucionar constituye una infidelidad, a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo. Tal vez cada día deberíamos tener al menos una infidelidad esencial, o una traición necesaria.
Se trataría de un acto optimista, esperanzador, que garantizaría la fe en el futuro, una afirmación de que las cosas pueden ser no solo diferentes, si no mejores.

domingo, 18 de noviembre de 2012

nunca

Nunca te dije "lo eres todo", por temor a que lo supieras...a que lo utilizases...a que me vencieses.Sabes porque? Porque el temor y el amor estan tan apareados que si miras siempre los veras juntos.
Siempre se teme lo que se necesita de verdad, nos encantaría ser autosuficientes, para que nada nos pudiese hacer zozobrar....aunque por otro lado, el amor y el desamor....nos hacen sentir...y sentir es la esencia de estar vivo
Hay varios tipos de lejanía. Una surge cuando notas, que se crean barreras insalvables entre tú y otra persona. Cuando se pierde la complicidad y dejan de ser interesantes los motivos que os unían. En este caso, no pasa nada. Fue algo que te acompañó durante un tiempo, después acabó. Conservas sólo buenos recuerdos de esa relación, sabiendo –tal vez con un poco de melancolía- que nunca volverás a recuperar lo perdido. Otra lejanía, es la dolorosa. Es poner distancia antes que alejar. Tal vez, porque tan sólo su presencia, nos impide echar el vuelo para continuar nuestra vida. Es la distancia que aleja a la persona definitivamente de nosotros porque el fin que los dos buscamos, es diferente. A veces también se da la lejanía, cuando no se cuida una relación. Cuando la desidia ocupa el lugar de los detalles, y nunca hay tiempo para nada. Entonces todo se enfría, y ya nada es lo que era. Una sonrisa... ya no provoca las nuestras; ya no apetece abrazar... y no se siente ni frío ni calor. La persona estando presente, causa la misma sensación que cuando está ausente. Sin embargo, a pesar de todo esto... creo que no... Creo que aunque la lejanía deje de devorar cuando se acepta, nunca desembocará en las aguas del olvido. Porque no se puede olvidar una relación, que ha sido siempre de un “te quiero” contenido...

lunes, 8 de octubre de 2012

martina de nantes

Porque nos creemos sus palabras. Porque todavía nos ilusionamos. Por la indiferencia. Por desear lo que no debemos. Por no saber elegir. Porque nos atrae lo que no nos conviene. Porque lo adecuado nos aburre. Por caer en la tentación. Por la sensación que recorre nuestro cuerpo al pensarlo. Por los recuerdos que no podemos olvidar. Por el sonido de su voz en tu cabeza. Por los sueños que no controlamos. Por las mañanas de" ¿qué mierda estoy haciendo?". Por las noches de "todo me da igual". Por la espera. Por la impaciencia. Por la decepción. Por todo ello y más:
ESTAMOS JODIDAS (y no de la manera que nos gustaría)

lunes, 24 de septiembre de 2012

 Cuándo evalúas las cosas a largo plazo, cuándo echas una mirada hacia atrás para analizar tu vida, tus años, tus días, es cuándo realmente puedes hacer de esa, una visión mas o menos objetiva.

Recuerdas las veces que has hecho favores sin haber sido devueltos, recuerdas las veces que has llorado a mares, las veces que has sido decepcionada... Recuerdas a la vez momentos felices, esos que apenas duraron instantes y sin embargo los recordamos horas y horas, incluso idializándolos. Se forman de esta manera recuerdos contradictorios, y es aquí donde entra la parte de la balanza.

De repente te das cuenta que si consigues ser sincera contigo misma es todo más sencillo, más doloroso puede, pero sobretodo mas sencillo. Y piensas, y te percatas de las veces que has sido tu la que más ha dado, la que más ha sentido, que a lo mejor lo que pensabas que era amor puro y duro visto desde otro punto de vista, desde otro tiempo, no lo era. Y la balanza cae en negativo y sientes que no aguantas mas.

Es entonces cuando debemos tomar una decisión, y es ahora cuándo yo lo hago. Cuándo me encuentro literalmente exhausta, cansada, cuándo siento que soy menos "yo" que antes, cuándo me doy cuenta de  que a veces darlo todo por alguien no vale tanto la pena, porque parte de mi se ha quedado a mitad de camino, porque parte de mi se ha perdido contigo. Quiero volver a encontrarme, quiero no necesitarte, quiero que me quieran y me valoren, y lo más importante, que alfin se acabo el tiempo, y lo quiero ahora.

Sólo quiero pedirte una cosa, aunque sea por todo lo que he hecho por ti, por todo lo que he aguantado, por cada una de las veces que he estado ahí para ti...No quiero decir por ello que me arrepienta, no me arrepiento, porque aunque me duele incluso al pensarlo lo volvería a hacer.
Pero aunque sea sólo por eso, me gustaría que aunque sea esta vez me tuvieras un poco en cuenta, me gustaría pedirte que me lo pongas un poco más fácil, que si no vas a quererme, TE ALEJES DE MÍ

Goodbye my lover


And as you move on, remenber me, remeber us and all we used to be.

lunes, 9 de abril de 2012

Aquí estoy yo, desesperada a veces y no me acuerdo que la única manera de evadirme es entre líneas.
Época extraña como ninguna, tiempos de decisiones que no se tomar pero que debo hacerlo, y me frustro todavia más si cabe.

Tengo que empezar a encauzar mi vida, a dirigirla hacia algún puerto, ya sea desconocido o ya pisado, pero debo hacer algo al respecto, llevo demasiado tiempo a la deriva, y cuando es demasiado dicen que puedes llegar a perder el norte, el sentido de las cosas.

Tengo miedo a escoger la decisión equivocada, odio no saber lo que quiero, o puede que lo sepa pero lo he ido escondiendo tanto que por eso igual no lo veo...

martes, 13 de marzo de 2012

Lana del Rey

It´s you, it´s you, it´s all for you, everything I do, I tell you all the time, heaven is a place on earth with you.

It´s better than I ever even knew, they say that the world was built for two.

Only worth living if somebody, is loving you, and baby now you do


.



domingo, 12 de febrero de 2012


Durante una armoniosa y tranquila cena, que transcurría a pocos metros del mar,  él le preguntó:  ¿Qué es lo que te hace feliz? ¿Qué es lo que haces, te gusta hacer y te hace feliz?

Ella enmudeció. Se asustó de inmediato al ver que no sabía la respuesta, pero ante todo lo disimuló.  ¿Qué clase de persona era, que no sabía responder a aquello?
Interrumpiendo sus pensamientos, él prosiguió:

-          Yo siempre he sabido lo que me hacía feliz. Desde niño lo supe, volar me hacía feliz. Siempre tuve claro que querría ser piloto, que pilotaría aviones, que quería estar siempre en las nubes contemplando el todo y la nada desde un punto de vista diferente, desde las alturas.

Desde el primer instante en que él comenzó a hablar, ella y probablemente el mundo entero si lo hubiesen escuchado, sabía que era cierto. Se podía apreciar la pasión de sus palabras, el brillo auténtico de unos ojos que habían luchado por un sueño, que sabían ante todo que habían encontrado algo muy valioso que apenas nadie llega a conseguir, el por qué de su felicidad, su afán, su hobby, su vida.

Ella se sintió perdida, más perdida que nunca. No entendía como algo así podía desperdiciarse de tal manera, y que tuviera que vivir el resto de su vida con la añoranza que habitaba en sus ojos al recordar esos momentos.

La gran paradoja de todo es saber que él renunció.

¿Qué es lo que te lleva realmente a dejar algo tan grande? ¿ A no luchar con todas tus fuerzas hasta conseguirlo?

Entonces es cuando ella se plantea y reflexiona, a lo mejor no es tan raro, a lo mejor a mucha gente le ha ocurrido, porque al fin y al cabo la vida se trata de vivir en ella, no contra ella. Que a veces las cosas se tuercen, pero vuelven a ti si te pertenecen, ya sea dentro de un año o de veinte. Y si no es así, siempre te quedará el bonito recuerdo de haber tenido la suerte de poder haber vivido ese sueño, que aunque ya no te pertenezca en algún momento lo hizo.

 Y de hecho si lo piensas, de los sueños siempre hay que despertarse.

sábado, 7 de enero de 2012

El invierno más frío

No, no te confundas, no te equivoques. Nunca tantas veces en mi vida, al despertar, había deseado seguir durmiendo. Desear que todo fuera un sueño, una pesadilla, pero de la que pudiera despertar y segir mi vida como siempre.
Nunca me había sentido tan perdida. Tan insegura del rumbo que debo seguir, tan lejos de encontrar mi propia felicidad.
 Con la cabeza llena de decepciones, es más dificil tomar decisiones.
Me cuesta dar sonrisas sinceras, cuando se que algunas personas las necesitan más que nunca. No es porque no quiera, es porque no me salen. Supongo que es dificil sonreir al mundo cuando en tu propio mundo te cuesta sonreir.

Lo que peor llevo, sin duda, es asumir las cosas. Supongo que una vez que las asuma, no tendré de que lamentarme. Las cosas son así y punto. No hay que darle más vueltas.
Es duro esperar algo  de alguien, algo no material, algo que no cuesta dinero, algo como es el apoyo, el cariño, el amor, y no recibirlo, más cuando proviene de alguien del que nunca dudaste, alguien que pensabas que estaría ahí en esos momentos, fuera de la manera que fuese, pero que simplmente estuviese. Es lo que se llama la decepción es estado puro, y afirmo con todo mi pesar, que es lo más duele.

lunes, 19 de diciembre de 2011

Lo poco que sé de la vida está en los libros que nunca leo. Lo poco que sé de la vida está en las líneas que no escribí. Lo poco que sé de la vida se cuenta tomando un café, se entiende tomando una copa y se olvida tomando dos.

Que nadie se me emocione ni albergue falsas esperanzas, porque con lo poco que sé de la vida, a duras penas se llena un corazón, por pequeño que sea. Sí, sobrino, va por vos.

Empiezo por lo que sé con toda seguridad. Sé que, con suerte, te vas a morir una vez. Así que procura no morirte más veces por el camino. No hay nada peor que esa gente que se va muriendo antes de morirse del todo. Para evitarlo, te regalo un método infalible. Mientras tú vayas decidiendo, todo está bien. El día que dejes de decidir, ese día, cuidado, porque la habrás palmado un poco.

Ten siempre más proyectos que recuerdos, es la única forma que conozco de mantenerse joven. Olvídate de la patraña esa de ser feliz, ya te puedes dar con un canto en los dientes si llegas a ser el único dueño de tus propias expectativas.

Que un euro se ahorra, y un polvo se pierde. Para siempre. Que hay que dedicarse a algo de lo que jamás te quieras jubilar.Por mucho que te cueste pagar las facturas. Por mucho que en las reuniones de antiguos alumnos te miren mal. Es mejor dedicarse toda una vida a algo que te divierte pese a no llegar a fin de mes, que pasarte un solo día trabajando únicamente por dinero.

Entre lo poco que sé de la vida, también te diré que nada de todo esto vale la pena sin alguien que te haga ser incoherente. Ni flores, ni velas, ni luz de luna. Ése es el verdadero romanticismo. Alguien que llegue, te empuje a hacer cosas de las que jamás te creíste capaz y que arrase de un plumazo con tus principios, tus valores, tus yo nunca, tus yo qué va.

Ojalá ames mucho y muy bueno, incluso a riesgo de ser correspondido. Que te despojen de todo, que hagan jirones de tus ganas y que te veas obligado a remendarlas con el hilo de cualquier otra ilusión. Que desees y seas deseado, que se frustren todas tus esperanzas y que acabes descubriendo que la única forma de recobrar el primer amor, que es el propio, es en brazos ajenos.

Dos emociones inútiles asociadas al pasado, arrepentimiento y culpa, y una emoción inútil asociada al futuro, la preocupación. Cuanto antes de desprendas de las tres, antes empezarás a apreciar lo único que tienes.

Qué más. Ah sí. Sé que al menos un amigo te va a traicionar, otro será traicionado por ti, y que te pongas como te pongas, los que no hayas hecho antes de los 30, ya jamás pasarán de buenos conocidos. Cuenta sólo con los tres principales, porque a partir de ahí, todo es mentira.

Para terminar, y hablando del tema, déjame que te presente a tu mejor enemigo. Se llama miedo. Quédate con su cara, porque va a estar jodiéndote de ahora en adelante. Miedo al fracaso. Miedo al qué dirán. Miedo a perder lo que tienes. Miedo a conseguirlo. Miedo a saber poco de la vida. Miedo a tener razón.


RISTO MEJIDE

Love isn´t complicated, people are.

domingo, 11 de diciembre de 2011

Sabes cuándo es especial, cuando la frase " Ya encontrarás a alguien mejor" no te sirve, incluso te da la risa. Te da igual saber que hay personas mejores, o peores, que te puedan querer más o incluso mejor, pero existe un hecho muy simple e irrevocable, no será ÉL.
 SI DEJAS DE MIRARME, YO DEJARÉ DE MIRARTE.
 EL AMOR PIDE ATENCIÑON CONSTANTE, SI NO ALGUIEN MÁS ME VERÁ...
 Y YO LE MIRARÉ.