lunes, 8 de octubre de 2012

martina de nantes

Porque nos creemos sus palabras. Porque todavía nos ilusionamos. Por la indiferencia. Por desear lo que no debemos. Por no saber elegir. Porque nos atrae lo que no nos conviene. Porque lo adecuado nos aburre. Por caer en la tentación. Por la sensación que recorre nuestro cuerpo al pensarlo. Por los recuerdos que no podemos olvidar. Por el sonido de su voz en tu cabeza. Por los sueños que no controlamos. Por las mañanas de" ¿qué mierda estoy haciendo?". Por las noches de "todo me da igual". Por la espera. Por la impaciencia. Por la decepción. Por todo ello y más:
ESTAMOS JODIDAS (y no de la manera que nos gustaría)

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