domingo, 18 de noviembre de 2012

nunca

Nunca te dije "lo eres todo", por temor a que lo supieras...a que lo utilizases...a que me vencieses.Sabes porque? Porque el temor y el amor estan tan apareados que si miras siempre los veras juntos.
Siempre se teme lo que se necesita de verdad, nos encantaría ser autosuficientes, para que nada nos pudiese hacer zozobrar....aunque por otro lado, el amor y el desamor....nos hacen sentir...y sentir es la esencia de estar vivo
Hay varios tipos de lejanía. Una surge cuando notas, que se crean barreras insalvables entre tú y otra persona. Cuando se pierde la complicidad y dejan de ser interesantes los motivos que os unían. En este caso, no pasa nada. Fue algo que te acompañó durante un tiempo, después acabó. Conservas sólo buenos recuerdos de esa relación, sabiendo –tal vez con un poco de melancolía- que nunca volverás a recuperar lo perdido. Otra lejanía, es la dolorosa. Es poner distancia antes que alejar. Tal vez, porque tan sólo su presencia, nos impide echar el vuelo para continuar nuestra vida. Es la distancia que aleja a la persona definitivamente de nosotros porque el fin que los dos buscamos, es diferente. A veces también se da la lejanía, cuando no se cuida una relación. Cuando la desidia ocupa el lugar de los detalles, y nunca hay tiempo para nada. Entonces todo se enfría, y ya nada es lo que era. Una sonrisa... ya no provoca las nuestras; ya no apetece abrazar... y no se siente ni frío ni calor. La persona estando presente, causa la misma sensación que cuando está ausente. Sin embargo, a pesar de todo esto... creo que no... Creo que aunque la lejanía deje de devorar cuando se acepta, nunca desembocará en las aguas del olvido. Porque no se puede olvidar una relación, que ha sido siempre de un “te quiero” contenido...