lunes, 31 de enero de 2011

Yo,  esa persona escéptica que no cree en las casualidades.  No entiendo por qué hay veces en la vida que me paro un minuto y pienso: ¿ Y si realmente ésto no ha sido una casualidad, una mera coincidencia? Suena ridículo, después de todos estos años diciendo que todas esas teorías son inútiles e inverosímiles. Creo que sólo me pasa esto en épocas de dudas, de incertidumbres, es como si mi subconsciente tratara de encontrar una solución a mis espaldas. Y llega ese momento, suena la radio sin yo haberla encendido, no se trata de un fenómeno paranormal, se trata de un desajuste de la alarma… Pero suena esa canción, justo esa canción!! No hay en el mundo millones de canciones y no existen en el día 24 horas. 1.440 minutos y 86.400 segundos para que suene??  Y justo lo hace en ese momento, y suena esa melodía, y te lleva a aquél lugar, junto con esa persona… Escuchas la letra y todo te parece increíblemente calculado, perfecto, y dejas que tus pensamientos fluyan con la sintonía tan matemáticamente preparada….. Justo entonces cesa la canción. Pum. Silencio. Ahora es cuando me encuentro debatiendo lo ocurrido, y me invade la duda de si el efímero pero intenso viaje que acabo de realizar ha sido premeditado, porque realmente hay cosas sin resolver, o si en cambio forma parte de las numerosas y puras casualidades de la vida.

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